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Bakutroo

La importancia de pedir ayuda

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El otro día, mientras navegaba por internet, me encontré una frase con la cual me identifique bastante: "Ayudo a los demás porque en el fondo se lo mucho que cuesta luchar solo". este mensaje capturó mi atención y me llevó a una profunda reflexión sobre mi forma de ser y porque soy así.

Me di cuenta de que soy una persona que tiende a ofrecer mucho a los demás y pedir poco a cambio. Y cuando por fin necesito ayuda o alguien se ofrece a ayudarme, me siento incómodo e incluso avergonzado. Es como si pedir ayuda fuera una señal de debilidad, algo a lo que no estoy acostumbrado.

Sé que no estoy solo en esta experiencia. Muchos de nosotros nos identificamos con esta tendencia a ofrecer más de lo que pedimos y sentirnos incómodos al recibir ayuda. Sin embargo, es crucial reconocer que este hábito no siempre es saludable ni sostenible. Necesitamos equilibrar la balanza: pedir un poco más de ayuda y ofrecer un poco menos.

No quiero decir que trabajar en solitario sea algo negativo. De hecho, trabajar en solitario puede ser beneficioso en muchos aspectos. Nos permite conocer nuestras propias debilidades y fortalezas, nos brinda independencia y autonomía, y nos ayuda a desarrollar habilidades de resolución de problemas. Sin embargo, llegar al punto en el que la carga se vuelve demasiado pesada puede llevarnos al colapso, y eso es algo que definitivamente queremos evitar.

Personalmente, he experimentado este desequilibrio en varias ocasiones. Me encuentro constantemente ayudando a los demás, dejando mi tiempo y mis propias tareas en el final de la lista de prioridades. En ese sentido, me considero vulnerable, ya que sacrificar mi propio bienestar en beneficio de los demás se ha convertido en una parte arraigada de mi personalidad.

Pero estoy trabajando en cambiar eso. Estoy aprendiendo a valorar mi tiempo y mis recursos tanto como valoro los de los demás. Estoy aprendiendo a pedir ayuda cuando la necesito, sin sentirme avergonzado o débil por hacerlo. Estoy aprendiendo que es importante establecer límites y priorizar mi propio bienestar.

Y lo más importante, es que pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino todo lo contrario. Es un acto de valentía. Es reconocer nuestras limitaciones y tener la humildad de buscar apoyo cuando lo necesitamos.

21 de febrero de 2024