Hace mucho que no escribía un articulo. Últimamente ando muy abandonado y hace rato que no trabajo en mi. Este verano conseguí un trabajo, con el fin de ahorrar un poco de dinero para el invierno y así poder cubrir mis gastos. El trabajo me deja bastante cansado por lo que, cuando llego a casa, no tengo ganas de hacer nada mas que relajarme y descansar un poco. Tomar un poco de sol, meterme en la pileta, juntarme con mis amigos o mirar una serie.
De lo que quería hablar es sobre el verano, y esa sensación que genera de postergar todo y relajarse. Eso es la parte negativa del verano, por mas que sea una estación hermosa para poder descansar y reponer las pilas. Pero no se puede pasar esos meses sin hacer nada, es una perdida de tiempo. Hay que encontrar un equilibrio entre el descanso y el trabajo.
Estos últimos días comencé a leer de nuevo el club de las 5 de la mañana y, gracias a eso, obtuve el impulso que necesitaba para volver a reconectar conmigo y dejar de vivir en automático. Donde estoy trabajando actualmente es un lugar el cual no me genera ningún interés de estar ahi, lo cual me abruma demasiado y termino llegando muy cansado a mi casa.
Con esto no quiero decir que no se debe disfrutar del verano, porque es muy bueno para dar un respiro. Mas bien, como dije anteriormente, es encontrar un equilibrio entre descanso y trabajo. Porque por muy lindo que sea el verano no podemos estar todo ese tiempo sin hacer nada productivo, hay que seguir mejorando día a día, aunque sea un poco.
Es demasiado fuerte las ganas de no hacer nada que genera el verano. Demasiado calor, demasiadas distracciones, demasiadas propuestas interesantes para pasar el rato. Dan ganas de tirar todo el progreso a la basura y quedarse estancados ahi. Pero eso es lo que no debemos hacer. Debemos bajar el ritmo para recargar las pilas, con el fin de arrancar mejor que el año pasado y cumplir con todos los objetivos propuestos, pero nunca bajar los brazos.
Esta es una reflexión que quería hacer, porque venia perdiendo demasiado tiempo y viviendo en automático, en vez de disfrutar del momento y trabajar en mi. Y no es que no disponía de tiempo, sino que la pereza era mayor que las ganas de progresar, y al estar en automático es algo que pasa desapercibido. Pero gracias a ese empujón pude reconectar y volver a trabajar en mi, aunque sea un poco.
Para finalizar, quiero decir que el verano es igual a cualquier otro dia. Debemos seguir progresando y aprendiendo. No hay que estancarse y quedarse en el camino. No hay excusas.